Disparar sin cuidar la exposición
Es difícil decir cuándo una fotografía es buena. Algunos apostamos por un buen mensaje con una técnica perfecta; otros solo quieren el recuerdo y confian todo a los automatismos de la cámara. Al menos tenemos que conseguir que las luces y las sombras tengan detalles, un buen contraste, etc.
Y estos matices son difíciles de apreciar si miramos directamente a la pantalla del móvil o al visor. En fotografía digital tenemos la ayuda inestimable del histograma para saber dónde están las luces, las sombras y cuánto se han separado.

Si os fijáis, se ha perdido todo el detalle en la tierra y se ha convertido en una masa negra. El autor podría haber medido la luz en la línea del horizonte para minimizar el contraste y lograr detalles en ambas luminosidades.
Por este motivo recomiendo usar siempre el histograma. En las cámaras actuales, incluso en el móvil, deberíamos tenerlo a la vista para no arruinar un disparo, al menos hasta que estés seguro de lo que haces.
Hay muchas formas de controlar la exposición con el histograma, pero el secreto es conseguir que esté lo más cerca posible el extremo derecho. Así evitamos que la fotografía sea oscura y que las luces tengan detalle. Y si disparamos en RAW (formato crudo), tendremos menos ruido digital.
Con el histograma en directo es fácil:

1.Si el histograma no llega a la derecha, ponemos un tiempo de obturación más lento, por ejemplo, de 1/1000 a 1/500.
2.Si está pegado a la derecha tienes que hacer lo contrario, pasar a una velocidad más rápida, de 1/500 a 1/1000.
3.Con una cámara sin espejo lo más fácil es controlarlo con la Compensación de exposición, un botón con el icono del +/- que permite hacer lo mismo de una manera más intuitiva.

Puede que una fotografía sea estupenda, pero si el espectador ve un blanco impoluto donde no debería o todo lleno de sombras negras, va a pasar directamente a la siguiente foto.
Utilizar la app de cámara de Instagram
La baja calidad de algunos imágenes que encuentro se nota y mucho. Es importante trabajar con la mejor cámara y/o aplicación que tengamos a nuestro alcance. Y os puedo asegurar que la cámara de Instagram no es recomendable por la compresión tan fuerte que hace de la imagen y los escasos controles que tiene.
Siempre he dicho que en fotografía digital es más fácil ir de un archivo grande a uno más pequeño que al revés. Y para lograr la máxima calidad no basta con tener buen ojo, es necesario tener un equipo que te ofrezca lo que necesitas. No hace falta gastarse el dinero en un equipo profesional, pero tienes que saber cómo configurar la cámara para la máxima calidad posible del archivo.

Dentro de las cámaras sin espejo siempre hay que apostar por el formato RAW. En los móviles, para aprovechar la fotografía computacional, puedes disparar en HEIC, con una compresión más eficaz, o directamente en jpeg. Y siempre con el máximo tamaño posible.

Si os fijáis en la pradera verde y en las rocas del fondo el detalle brilla por su ausencia. No vemos más que masas de color por la excesiva compresión que prefiere eliminar las texturas para minimizar el ruido y mantener formas reconocibles.
Así evitaremos ese aspecto digital y comprimido que tantas veces vemos. La calidad técnica es esencial para tener una buena imagen en Instagram.
Fuente: xataka por: Fernando Sanchez